lunes, 3 de diciembre de 2012

Prólogo


He recogido este conjunto de reflexiones que han ido surgiendo en diversas ocasiones. Unas motivadas en un cursillo, otras en una charla, otras con motivo de una homilía, otras en seminarios de diverso tipo y distintos auditorios.
Son temas que han preocupado. Unos porque chocaban con la racionalidad que deseaban aplicarles a determinadas verdades, hechos o relatos de los evangelios, afirmaciones del catecismo, insistencias del Magisterio. En la inmensa mayoría la preocupación provenía del choque entre el imaginario de muchos, confundidos con la tradición y una explicitación más racional o más inteligible o más actualizada de la Biblia o la Teología.
Es este un esfuerzo que viene de muchos años atrás según  ha ido avanzando el conocimiento bíblico, la reflexión teológica y el esfuerzo por aproximar fe y razón después de muchos años de confrontarse. Fue el mismo papa Pablo VI quien indicó a los teólogos la necesidad de profundizar y manifestar la racionalidad de la fe. Así surgieron obras importantes. También encíclicas de Juan Pablo II y de Benedicto XVI. Hemos pasado de los temores, miedos y condenas a la razón a la defensa de la misma frente al auge del sentimiento, el  subjetivismo el relativismo y la irracionalidad de sectores de la post-modernidad.
Como puede verse por el índice son temas muy variados y, en la mayoría, no relacionados unos con otros. Solo tienen en común la preocupación  por las distintas verdades que afectan a nuestra fe o la explicación que tradicionalmente se ha dado y que choca hoy con el conocimiento actual de la Biblia, la tradición, la historia del dogma y el avance teológico actual.
Debo decir que las respuestas dadas siempre han hecho desparecer la inquietud y ha fomentado un interés mayor, sobre todo por la interpretación bíblica y la teológica.
¿Por qué lanzarla ahora por Internet?
Aunque son muchos, y algunos muy solventes, los que me han concienciado a publicarlo, lo mismo que otros escritos que ya están en internet, hemos optado por ponerlos en este medio, para que pueda llegar a muchas personas más que a las que puede llegar la edición de un libro y que han tenido o tienen estas mismas preocupaciones y que, mediante la edición de un libro les sería muy difícil dar solución a su preocupación. También porque lo que deseamos es la transmisión actual de la verdad y así queda a disposición de todo aquel  que quiera poder tenerla a su alcance y utilizarla según le convenga. Porque lo que nos interesa es la difusión de la verdad, la superación de tantos imaginarios confundidos con la Tradición, y su difusión para un mejor y mayor conocimiento del Evangelio y de la auténtica Tradición de la Iglesia.



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