martes, 2 de abril de 2013

II.- Jesús también mira (3c1)


A un hombre joven

Jesús se le quedó mirando, le tomó cariño(Mc. 10, 21). Así lo ha recogido el evangelista dándonos una descripción de lo que la mirada de Jesús lleva aparejada, que es su cariño. Esta persona era un cumplidor fiel de la Ley, y eso era siempre de alabar. Pero se entristeció cuando Jesús le propuso, no el seguimiento de la Ley que ya hacía. Sino el  de su persona, repartiendo sus bienes a los pobres y seguirle a Él. Se entristeció porque era muy rico. La mirada y el cariño con los que Jesús le acogió, lo frustró el apego a sus riquezas.




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