martes, 2 de abril de 2013

II.- Jesús también mira (3c2)


Mira a Pedro
Lo mira cuando Andrés se lo presenta Jesús: “y se lo presentó a Jesús. Jesús se le quedó mirando”, ¿qué descubrió en Pedro? Quizá podamos adivinarlo por el mote que le pone después de mirarlo: “Tu eres Simón, hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa piedra)(Jn. 1, 42). Posiblemente que era un hombre fuerte del que podía fiarse, pero que también era, como luego demostraría, muy testarudo.
Más tarde lo volverá a mirar: “El Señor, volviéndose, le echó una mirada a Pedro(Lc. 22, 61). Había cantado un gallo y Pedro se acordó de lo que le había advertido Jesús “y saliendo fuera lloró amargamente”. Aquella mirada no le condenaba por su traición, iba cargada de ternura hacia el discípulo, cabezota y entrometido, pero muy querido. Pedro sintió en aquella mirada toda la ternura del amor que Jesús le tenía. La consecuencia lo está diciendo, lloró amargamente.


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